Durante este mes de marzo el IFPRI (Instituto Internacional de Investigación sobre Políticas Alimentarias, por sus siglas en inglés) ha publicado su Informe sobre Política Alimentaria Global 2014-2015. Este informe, la principal publicación del IFPRI basada en rigurosa investigación, analiza los principales temas de política alimentaria, desarrollos y decisiones que han tenido lugar en 2014 y destaca los retos y oportunidades para 2015.
En este trabajo se hace un examen de la realidad de las políticas agroalimentarias a nivel global. Se exponen los avances y retrocesos que ha habido durante el pasado año en la lucha contra el hambre y la malnutrición, poniendo un foco especial en esta ocasión en los países de renta media; el saneamiento como punto clave que influye en la malnutrición, especialmente entre la infancia; la necesidad de apoyar a la pequeña agricultura para que haya una mejora a nivel mundial; la importancia de apoyar a los más vulnerables a través de una cobertura sólida de protección social; la necesidad de prestar atención a la inocuidad de los alimentos y otros riesgos para la salud que se asocian a la agricultura y alimentación; la relación que existe en muchas regiones entre conflictos y seguridad alimentaria y nutricional, que se ve amenazada; y la demanda creciente de pescado que puede cumplir un papel significativo en la seguridad alimentaria global.
El informe incluye además un capítulo centrado en evaluar la situación de cada región, ya que el avance en seguridad alimentaria se ha dado de forma desigual en las diferentes regiones y entre los países. En este punto se recoge: el cambio de enfoque en el sector de la agricultura en África que se ha traducido en crecimiento económico, reducción de la pobreza y mayor seguridad alimentaria; las reformas políticas en los combustibles, en la agricultura y en el comercio de alimentos en Oriente Medio y Norte de África; los retos económicos y las oportunidades que han surgido para el sistema alimentario en Asia Central; las respuestas dadas a la alta inflación de los alimentos y al riesgo climático en el Sur de Asia; la cooperación multilateral en relación a la agricultura que ha surgido en el Este de Asia; y el progreso de las iniciativas de aprendizaje sur-sur en la región de América Latina y el Caribe.