El hambre sigue siendo uno de los grandes problemas no resueltos a comienzos del siglo XXI, a pesar de los reiterados compromisos internacionales orientados a combatirla. La nueva agenda de desarrollo –los Objetivos de Desarrollo Sostenible– ha retomado este desafío estableciendo la meta de erradicación del hambre y de todas las formas de malnutrición antes de 2030. Esto va a resultar muy difícil si no se abordan, con decisiones adecuadas, las causas estructurales del hambre, que son complejas y variadas y tienen en muchos casos relaciones sinérgicas.
Esta situación de hambre implica una violación de los derechos humanos, ya que el estar protegido contra el hambre y el tener acceso a una alimentación adecuada está reconocido como derecho humano tanto en la Declaración Universal de Derechos Humanos como en el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales.
¿Qué puede aportar el derecho a la alimentación a la sostenibilidad y la sostenibilidad al derecho a la alimentación?