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Desde la agroindustria a los sistemas agroecológicos

El panel de expertos IPES Food evalúa los efectos de la agroindustria y defienden los nuevos sistemas agrarios que amparen la diversificación y que respeten al ecosistema
Transición de sistemas agroindustriales a sistemas agroecológicos

En un reciente informe publicado por este panel de expertos sobre los sistemas alimentarios sostenibles, explican que la agroindustria está teniendo éxito por su gran productividad y mejor resistencia a plagas y enfermedades. Sin embargo, frecuentemente en la industria agraria no se emplean técnicas sostenibles. Por ejemplo, la degradación de las tierras de cultivo; la gran emisión de gases invernadero; la contaminación y el sobreuso del agua; y la pérdida de biodiversidad y erosión genética, son, en gran parte, consecuencia de las prácticas de la agroindustria. Las características principales de esta industria son los principios de especialización y uniformidad, además de la dependencia de los productos químicos. Inversamente, los nuevos sistemas agroecológicos abogan por la diversificación y la sustitución de los productos químicos por otros naturales, es decir, pretende producir alimentos saludables y restablecer un ecosistema sostenible.

Estos expertos defienden que, aunque es cierto que la agroindustria ha conseguido reducir problemas nutricionales, aún así, casi 800 millones de personas sufren hambre y alrededor de dos mil millones tienen problemas de sobrepeso y obesidad. Asimismo, el carácter global de esta industria expone a las economías domesticas a las fluctuaciones en los precios de los alimentos, incrementado la inseguridad alimentaria. También, las ventajas que la industria agraria genera a corto plazo no son tan seguras en el largo. IPES defiende que estas prácticas anti-ecológicas conducirán eventualmente a un descenso en la producción alimentaria. Los expertos sostienen que estas evidencias muestran que es necesario un cambio en el modelo agrario, basado en la diversificación de las granjas y paisajes agrícolas que mantengan la fertilidad a largo plazo, así como ecosistemas agrícolas sanos y seguridad en los medios de subsistencia.

Los datos muestran que estos nuevos sistemas pueden competir con la agroindustria en cuanto a la producción, e incluso mejoraría en los lugares con más estrés medioambiental y  los que requieren alimentos con más urgencia. El cambio ya está en marcha, puesto que los sistemas agrarios industriales están siendo cada vez más cuestionados. Sin embargo, las grandes inversiones necesarias en la industria agraria crean una relación de dependencia hacia estos inversores que abogan por modelos agroindustriales. Además, la industria agraria ha incentivado una reducción en los precios al consumo y la eliminación de las estaciones, pudiendo conseguir todo tipo de alimentos durante todo el año.

En definitiva, para que los nuevos sistemas agrarios triunfen, es esencial que los incentivos políticos en los sistemas alimentarios dejen de apoyar la agroindustria. Además, la coordinación de los movimientos que defiendan este cambio y un trabajo educativo de concienciación, son algunas de las recomendaciones que IPES da para promover los sistemas agroecológicos.