Más de 200.000 emigrantes han cruzado este año el Mediterráneo con el objetivo de llegar a Europa. El IFAD (Fondo Internacional para Desarrollo Agrícola) señala que la pobreza es el principal factor de la migración forzada. Si los emigrantes de los países en vías de desarrollo tuvieran un sueldo razonable, no padecieran hambre y vislumbraran un futuro seguro, la emigración sería únicamente una elección y no una necesidad. Por lo tanto, solo si se invierte en estas poblaciones y en sistemas de alimentación seguros se reducirá el flujo de emigrantes.
Esta semana se celebra el EAT Fórum de Estocolmo, que reunirá a expertos en el sector alimentario con el objetivo de construir un sistema sostenible, seguro y equitativo de alimentación. Estas comunidades necesitan tener oportunidades en sus lugares de origen para poder permanecer allí con una buena calidad de vida, por lo que es nuestro deber promover que esto sea así.