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Global Nutrition Report 2016: De la promesa al impacto

Anualmente un grupo independiente de expertos e IFPRI publican el Informe Mundial de la Nutrición para mostrar la situación de malnutrición ante la que nos encontramos y cuáles son los pasos que deberíamos dar para acabar con esta lacra
Portada del Global Nutrition Report 2016

La malnutrición afecta a una de cada tres personas, por lo que todos los países del mundo se enfrentan a un grave problema de salud pública debido a una mala situación alimentaria. Por lo tanto, este informe pretende indicar sobre el estado de la malnutrición este año 2016 y propone las pautas para conseguir acabar con todas las formas de malnutrición en 2030. Se debe tener en cuenta que la malnutrición abarca diversos problemas de salud. Entre las personas malnutridas nos encontramos tanto con personas con deficiencias de micronutrientes o que sufren problemas de bajo peso, como las que tienen un exceso de peso y, por ello, diabetes, colesterol u otros problemas.

Este informe ratifica que la malnutrición y las dietas empobrecidas son las mayores causantes de enfermedades en el mundo. La novedad del Informe 2016 es que analiza el coste de este problema a nivel social e individual y no solo a nivel país como se ha hecho hasta ahora. Con un análisis a menor escala se intenta demostrar que la malnutrición es un problema de todos, independientemente de si la padecemos o no.

Además, la nutrición tiene un papel fundamental en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y en diversos acuerdos globales que confirman su importancia en el camino hacia un desarrollo sostenible. Pero, aunque se está incrementando el esfuerzo por luchar contra este problema, aún estamos muy lejos de ello. El estudio indica que el problema es que los compromisos actuales no responden a las necesidades reales. Por ejemplo, el gasto anual de los gobiernos es muy bajo. Asimismo, aquellos países y empresas que realizaron una mayor inversión no lo hacen siempre de la manera óptima. Según este informe, los compromisos deberían ser SMART, es decir, específicos, medibles, alcanzables, realistas y limitados en el tiempo. Por otra parte, destaca la importancia de ir más allá de la palabra y pasar a la acción una vez diseñadas las políticas, puesto que no es siempre así.

En la segunda sección del Informe Mundial de la Nutrición 2016 se enuncian las pautas para acabar con la malnutrición en todas sus formas y ámbitos. Se insta a los gobiernos a invertir más en este problema, después de haber recabado información detallada sobre este problema. Además, se debe invertir en soluciones que ya han sido probadas e investigar nuevas posibles soluciones.