Este mes de junio se ha establecido el FLW (Food Loss and Waste Accounting and Reporting Standard) con el objetivo de contabilizar las pérdidas y el desperdicio alimentario para poder plantear a partir de él las medidas correctas para reducirlo
Casi un tercio de los alimentos producidos globalmente se pierden o desperdician cada año, costando alrededor de 900.000 millones de dólares y produciendo el 8% de los gases de efecto invernadero (el desperdicio alimentario es el tercer mayor emisor de GEI después de Estados Unidos y China). Mientras, más de 800 millones de personas sufren malnutrición. Por ello, diversas instituciones, entre las que se encuentra la ONU, se han reunido este mes en el Global Green Growth Forum con el compromiso de establecer medidas que consigan reducir estas desorbitadas cifras, de despilfarro y de hambre.
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