El estudio señala el papel fundamental de las organizaciones de productores forestales y agrícolas para satisfacer la creciente demanda de sus productos, mejorar la calidad de vida de las zonas rurales y lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Con esta publicación se pretende incitar a que los gobiernos, la sociedad civil y el sector privado ofrezcan un mayor apoyo a estas organizaciones para que sean capaces participar con un papel principal en el desarrollo global sostenible.
La publicación analiza el efecto de estas organizaciones en distintas partes del mundo y muestra como algunas están siendo muy positivas para incentivar el uso de los recursos autóctonos, garantizando así medios de subsistencia y la seguridad alimentaria. Destaca Zambia, donde las organizaciones animan a los agricultores a plantar árboles para reducir la alta deforestación en la zona y también como una nueva fuente de ingreso, vendiendo sus frutas entre otras cosas. También, en Bolivia, una asociación lucha para cultivar sin productos químicos y así estos productos “orgánicos” pueden ser vendidos a precios más elevados.