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La igualdad de género en la agricultura

Un estudio del ISSD analiza el potencial de la equidad de género en el sector
Detalle de la portada del informe How to improve gender in agriculture

El Instituto Internacional de Desarrollo Sostenible (IISD por sus siglas en inglés) ha llevado a cabo el estudio Cómo mejorar la igualdad de género en la agricultura: La inversión en la Política Agrícola, en el  que se analiza la desigualdad de género en el sector y las estrategias para superarlo.

En el trabajo se señala que la desigualdad de género en la agricultura persiste en el siglo XXI y es exacerbada a través del comercio y la inversión extranjera.
Sin embargo están surgiendo alternativas para lograr la igualdad de género. Algunas dirigidas al sector privado y otras dirigidas a los gobiernos, como las Directrices voluntarias sobre la gobernanza responsable de la tenencia de tierras, pesquerías y bosques (VGGT).

En el informe se hace un análisis de la política, se analiza cómo las normas y directrices mundiales contribuyen a la igualdad y al empoderamiento, y como pueden mejorar la agricultura.

Según el estudio existen cinco dimensiones que pueden medir la igualdad de género en la agricultura: derecho a la tierra, acceso a recursos productivos, trabajo no remunerado, el empleo y la toma de decisiones.

  • Las mujeres tienden a tener menos derechos sobre la tierra, situación que la inversión extranjera tiende a potenciar.
  • Por otro lado la mujer no tiene acceso a los mercados de créditos lo que hace que sea más difícil para las mujeres adquirir los medios de producción. Esto impide la participación de las mujeres.
  • En tercer lugar, la carga de trabajo doméstico de las mujeres podría ser mejorada gracias al desarrollo social, pero pocas veces son consideradas por los inversores.
  • Los proyectos de inversión han tendido a reproducir las divisiones de género, que relegan a la mujer al empleo temporal e inseguro.
  • Y por último, rara vez los proyectos mejoran la representación de las mujeres en las cooperativas de productores o grupos de trabajadores.

Los inversores y los políticos pueden hacer que los proyectos de  inversión aborden las desigualdades de género: las normas de sostenibilidad voluntarias (VSS) y los marcos de inversión responsable (RIF), son las estrategias que se analizan en el trabajo.

Las VSS son adoptadas por las organizaciones de productores y de empresas productoras de materias primas para la importación y la  exportación y desde 1990 han crecido para lograr un amplio alcance global.

Los RIF son directrices y principios voluntarios para promover la inversión responsable en la agricultura entre el gobierno, los inversores del sector privado, organizaciones internacionales y la sociedad civil, que surgieron en el año 2008, debido a la crisis alimentaria.

En el documento, además de hacer un análisis de las directrices anteriores, se aportan algunos consejos para mejorar la igualdad de género en la agricultura. Las desigualdades de género varían dentro y entre las regiones y comunidades. Por ello las estrategias deben ser desarrolladas con las mujeres locales e investigadores familiarizados con la cultura.