Este nuevo informe del Panel de Alto Nivel de Expertos (HLPE, por sus siglas en inglés) del Comité de Seguridad Alimentaria analiza las múltiples contribuciones que hacen los bosques a la seguridad alimentaria y nutricional y cómo optimizarlas en un contexto de creciente demanda y competencia de tierras y bosques.
Señala varios canales principales a través de los cuales los árboles y los bosques contribuyen a la seguridad alimentaria y al bienestar humano:
- Provisión directa de alimentos: Aunque a nivel global el aporte de energía alimentaria proveniente de alimentos aportados por los bosques supone solamente el 0,6 % del total, para determinadas comunidades, altamente dependitnes de los bosques, supone una aportación crucial. Además son alimentos que contribuyen a dietas balanceadas.
- Aporte de energía: La madera utilizada como combustible supone el 6% del suministro primario de energía a nivel global, y el 27% en África. Un tercio de la población mundial tienen la madera como la principal fuente de energía para cocinar y 764 millones de personas la utilizan para hervir y esterilizar agua.
- Generación de ingresos: La explotación de los bosques, tanto formal como informal, es una importante fuente de empleo y generación de ingresos. En 2011 el sector formal empleó unos 13,2 millones de personas en el mundo y representó el 0,9 % del Producto Mundial Bruto, aunque en este tema hay enormes diferencias entre países y además está infravalorado ya que hay contribuciones que no se computan adecuadamente (por ejemplo, el aporte de ingresos que pueden producir a través del turismo de naturaleza o la explotación informal de los bosques).
- Aporte de servicios medioambientales: Los bosques ayudan a la seguridad alimentaria también a través de un conjunto de servicios al ecosistema que favorecen un desarrollo sostenible a largo plazo, como pueden ser regulación de humedad, protección de manantes de agua, protección de suelos, circulación de nutrientes, control de plagas, polinización, conservación de la biodiversidad, mitigación del cambio climático, etc.
- Salud y bienestar humano: Los bosques y los sistemas agrícolas que incorporan árboles tienen diferentes impactos en la salud humana a través del aporte de alimentos, plantas medicinales, combustible, agua limpia, ingresos. Además hay estudios que señalan que los entornos boscosos pueden ayudar a mejorar la salud mental de las personas y a reducir la depresión y el estrés. Pero los bosques pueden también ser hábitat de parásitos y enfermedades que pueden afectar a las personas y a los animales.
- Resiliencia y red de seguridad: Los árboles y los bosques pueden también tener un papel importante en mejorar la resiliencia de las familias y comunidades, a su estabilidad, jugando un papel de red de seguridad durante períodos de sequía o escasez o durante situaciones de crisis y conflicto, en los que pueden ser una fuente alternativa de alimento y de generación de ingresos, especialmente relevante para grupos vulnerables.
El informe analiza, entre otros temas, la deforestación, los cambios en los usos y tipos de bosques, las tendencias de la demanda de productos procedentes de los bosques, el impacto del cambio climático tanto desde el punto de vista de la necesidad de adaptación de los bosques al mismo como de su aporte a la mitigación, y concluye con un conjunto de recomendaciones para una utilización de los bosques que sea adecuada de cara a la seguridad alimentaria y nutricional.