Alfred de Zayas, experto independiente, ha presentado recientemente un informe ante el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas sobre los efectos que tienen para un orden internacional democrático y equitativo las políticas financieras y económicas aplicadas por las organizaciones internacionales y otras instituciones, en particular el Banco Mundial (próximamente elaborará otro sobre el Fondo Monetario Internacional).
El experto independiente señala que el compromiso del Banco Mundial con el desarrollo debería ir más allá de la financiación de megaproyectos, haciendo un apoyo más proactivo y decidido a pequeños proyectos más inclusivos que, al mismo tiempo, tengan en cuenta la protección de los derechos humanos y el medio ambiente. El progreso no debe medirse exclusivamente por los incrementos del PIB sino que debe garantizar el disfrute de los derechos humanos y de un nivel de vida más alto.
En su informe, el experto de Zayas se refiere a numerosos ejemplos de violaciones de derechos humanos que han aparecido relacionadas con los proyectos financiados por el Banco Mundial, incluyendo deshaucios masivos, reasentamientos forzosos, acaparamiento de tierras, contaminación, destrucción de medios de vida, trabajo infantil, abusos sexuales... Señala que el Banco Mundial debería dejar de financiar proyectos que tengan un impacto negativo en los derechos humanos y, en su lugar, debería preocuparse de combinar adecuadamente el crecimiento económico con la seguridad alimentaria, el acceso a agua potable, la atención sanitaria, la educación y el empleo, así como una equitativa distribución de la riqueza.
El Banco debería actualizar su misión de tal forma que concilie sus prioridades económicas y financieras con los derechos humanos.
El informe también llama la atención sobre el hecho de que los partenariados público-privados, tan de moda en el ámbito de la cooperación al desarrollo, han rebajado la protección social en salud y educación. Además, recoge y refiere explicitamente la iniciativa de la campaña "Our Land, Our Business", que cuestiona desde hace años la iniciativa del Banco Mundial “Enabling the Business of Agriculture”.