En 2008 se hizo publica la primera edición de este trabajo consorciado entre un amplio grupo de organizaciones de la sociedad civil a nivel internacional. En aquel momento, con el impacto de la gran crisis alimentaria, aquella primera edición del Observatorio se dedicó a "La crisis alimentaria mundial y el derecho a la alimentación".
Diez años después sigue patente el desafío de "Vencer la crisis alimentaria mundial". Desde que se presentó la Edición de 2008, el Observatorio del Derecho a la Alimentación y a la Nutrición se ha centrado en procesos mundiales, además de reflejar los avances relevantes en el plano local, nacional y regional, poniendo el foco en cómo los movimientos sociales y la sociedad civil se están organizando, resistiendo y levantando para lograr un mundo donde el derecho humano a una alimentación y nutrición adecuadas pueda convertirse en una realidad para todas y todos. El informe constata que, diez años después, pese a algunos avances, aún persisten muchos de los problemas que llevaron a aquella crisis. El Observatorio presenta la búsqueda del derecho a la alimentación y a la nutrición como una lucha política entre cosmovisiones opuestas.
Esta edición, titulada "Vencer la crisis alimentaria mundial", presenta diez artículos principales acompañados de diez fotografías:
- El artículo de apertura, "Diez años tras la crisis alimentaria mundial: afrontar el reto del derecho a la alimentación", nos conduce por la década posterior a la crisis de los precios de los alimentos de 2007-08, que obligó a que la alimentación y la agricultura pasaran a ser prioridades de la agenda política internacional. El artículo aborda tres debates de actualidad: ¿En qué sistemas alimentarios ha de invertirse? ¿Cómo asegurar de la mejor forma el acceso a una dieta nutricionalmente adecuada? ¿Qué enfoques pueden garantizar de la manera más eficaz que los precios de los alimentos sean justos y estables?
- El segundo artículo, "Ecos desde abajo: las luchas sociales de los pueblos como antídoto frente a la crisis de derechos humanos", analiza cómo las corporaciones transnacionales y otros actores privados han hecho un uso indebido de los derechos humanos, desconectados de la realidad de los pueblos y convertidos en un discurso moral. Siguiendo esta lógica, el derecho a la alimentación y a la nutrición también se ha considerado desde el prisma manipulador de las responsabilidades sociales corporativas con miras a aumentar los beneficios.
- El artículo "Del enfoque mercantil a la centralidad de la vida, un cambio urgente para las mujeres" destaca que, incluso si las mujeres son las que alimentan al mundo, su trabajo es invisible. Las autoras argumentan que las políticas orientadas al mercado continúan reproduciendo la desigualdad y que, sin cuestionar la división sexual del trabajo y reconocer plenamente el trabajo y los derechos de las mujeres, no habrá avances para ellas. Por lo tanto, es necesario y urgente incorporar la visión feminista, poniendo el foco en la centralidad de la vida más allá de los intereses del mercado.
- El siguiente artículo, "La construcción de nuevos sistemas agroalimentarios. Luchas y retos", comienza con una denuncia del perverso paradigma de desarrollo dominante que ha engendrado una sociedad de “personas hambrientas tanto de alimentos como de humanidad”. La autora sugiere medidas fundamentales que deben emprenderse para transformar los sistemas alimentarios.
- El artículo de reflexión "Los bienes comunales y la comunalización: una narrativa nueva y antigua a la vez para enriquecer las reivindicaciones a favor de la soberanía alimentaria y el derecho a la alimentación" presenta el enfoque de los bienes comunales, que proporciona una forma de superar la división entre la naturaleza y el ámbito humano introducida en la cultura occidental durante la Ilustración, con el resultado de hacer que la naturaleza sea susceptible de ser controlada y convertida en una mercancía. Sin embargo, los medios de vida de dos mil millones de personas en todo el mundo dependen de los bienes comunales. Sus sistemas colectivos autoregulados que gobiernan la coexistencia entre los humanos y los recursos naturales no están relacionados con los mecanismos de mercado ni con la reglamentación estatal.
- El artículo titulado "Ante la crisis climática, los pueblos tienen las soluciones" denuncia las falsas soluciones a la crisis climática, acordadas en espacios de las Naciones Unidas, que buscan mantener las estructuras económicas y políticas existentes, lo que crea conflictos sociales y ambientales en los territorios. En cambio, para hacer frente a esta crisis es necesaria una transformación del modelo capitalista, hacia modelos basados en la solidaridad, la justicia social, medioambiental y de género, que respeten las cosmovisiones de los diferentes pueblos y garanticen sus derechos. La transición hacia estos modelos debe realizarse por medio de políticas públicas que respondan a esta necesidad urgente.
- El siguiente artículo, "Las tres megafusiones de agronegocios: macabros verdugos de la soberanía de las y los agricultores", aborda el control corporativo de los sistemas alimentarios y rastrea la evolución del control del sistema agrícola mundial por parte del capital corporativo. Este proceso ha sometido cada vez más a los Estados a la lógica de la acumulación de capital y ha llevado a la financiarización del sistema de producción.
- El artículo "Hacer frente a la injusticia estructural: las normas comerciales mundiales y sus efectos en la seguridad alimentaria y nutricional" desafía las normas injustas establecidas en la OMC que permiten a Europa, EE.UU. y otros países ricos seguir con sus programas de subsidios, al tiempo que restringen duramente el espacio normativo y fiscal disponible para que los países asiáticos y africanos hagan lo mismo.
- El artículo temático final, "El camino a seguir", plantea la siguiente cuestión: ¿Está bien encaminado el derecho a la alimentación y a la nutrición en las situaciones de emergencia? El autor ofrece una respuesta mixta. Las prácticas de socorro alimentario han mejorado, dejando atrás el envío de excedentes de los países donantes y optando por las adquisiciones de alimentos locales y regionales, incluso por parte de EE.UU. Al mismo tiempo, la respuesta de los donantes va rezagada con respecto a la mortalidad de las personas vulnerables en situaciones de crisis, y el tratamiento de la malnutrición basado en productos amenaza con frustrar el desarrollo de enfoques ascendentes basados en derechos humanos y de propiedad local. Sobre todo, la comunidad internacional se opone a otros tipos de intervención que pueden ser más eficaces que el socorro alimentario, como la reglamentación del mercado y el uso de existencias públicas. La mayoría de las veces no se abordan las causas originarias de la inseguridad alimentaria.