Se trata de un informe que se basa en las conclusiones de los informes del HLPE del último decenio, así como en la bibliografía académica científica más amplia. Destaca que es urgente fortalecer y consolidar la reflexión conceptual en torno a la seguridad alimentaria y la nutrición para otorgar prioridad al derecho a la alimentación, a fin de ampliar nuestra comprensión y adoptar un marco analítico y normativo para los sistemas alimentarios.
Señala que los resultados de seguridad alimentaria y nutrición en los últimos años ponen de manifiesto hasta qué punto la comunidad internacional está aún lejos de alcanzar las metas de la Agenda 2030, en particular el ODS 2, mientras que los sistemas alimentarios se enfrentan a diversos retos. La pandemia de la COVID-19 ha añadido urgencia a esta situación.
Los enfoques de políticas y de medidas relativas a la seguridad alimentaria y la nutrición, a la luz de los distintos desafíos que afrontan los sistemas alimentarios, requerirán importantes cambios y apoyos para generar condiciones favorables que respeten todas las dimensiones de la seguridad alimentaria.
Desde el punto de vista de la actualización de los marcos conceptuales y normativos, el informe señala que el derecho humano a la alimentación adecuada es el marco jurídico esencial para garantizar la seguridad alimentaria y los sistemas alimentarios sostenibles. Señala el informe que el concepto de seguridad alimentaria ha evolucionado significativamente; en la actualidad, junto con las cuatro dimensiones conocidas (disponibilidad, acceso, utilización y estabilidad), resulta esencial incorporar otras dos dimensiones: la sostenibilidad y la agencia. Además señala que estas seis dimensiones de la seguridad alimentaria se refuerzan en las conceptualizaciones e interpretaciones jurídicas del derecho a la alimentación.
La agencia se refiere a la capacidad de las personas o los grupos para tomar sus propias decisiones sobre los alimentos que consumen, los alimentos que producen, la manera en que se producen, elaboran y distribuyen esos alimentos en los sistemas alimentarios, y su capacidad de participar en procesos que determinan las políticas y la gobernanza de los sistemas alimentarios. La sostenibilidad hace referencia a la capacidad de los sistemas alimentarios para proporcionar seguridad alimentaria y nutrición a largo plazo sin comprometer las bases económicas, sociales y ambientales que propician la seguridad alimentaria y la nutrición de generaciones futuras.
La mejor manera de abordar las políticas relativas a la seguridad alimentaria y la nutrición es hacerlo en un marco de sistemas alimentarios sostenibles respaldado por el derecho a la alimentación. Se han producido cambios importantes en los enfoques de políticas sobre la seguridad alimentaria y la nutrición de acuerdo a la evolución señalada. Se entiende que las políticas incorporan estos cambios cuando: i) respaldan la transformación radical de los sistemas alimentarios; ii) reconocen la complejidad de los sistemas alimentarios y las interacciones con otros sectores y sistemas; iii) se centran en ampliar la comprensión del hambre y la malnutrición; y iv) formulan diversas soluciones de políticas para afrontar los problemas específicos de cada contexto.
La formulación de políticas de seguridad alimentaria y nutrición más eficaces requiere comprender en mayor profundidad las fuerzas subyacentes que impulsan el cambio en los sistemas alimentarios.
El informe analiza un conjunto amplio de tendencias: biofísicas, ambientales, tecnológicas, de innovación, de infraestructura, económicas, de mercado, políticas, institucionales, socioculturales y demográficas. Y, a partir de ello, aporta unas orientaciones sobre políticas, estrechamente relacionadas con el impulso de sistemas alimentarios sostenibles, con soluciones específicas para cada contexto, apoyadas en una gobernanza eficaz.