La rapidez con que cambian las amenazas sobre los sistemas agroalimentarios, desde la crisis climática hasta la aparición de nuevas plagas, hacen que sea más crucial garantizar un flujo continuo de conocimiento e innovación. La Investigación Agrícola para el Desarrollo (AgR4D) es particularmente importante en África subsahariana, donde las amenazas climáticas son inminentes y la inseguridad alimentaria sigue siendo alta.
Un reciente informe de IPES-Food (Panel Internacional de Expertos sobre sistemas alimentarios) ha determinado que la agroecología sigue siendo marginal en muchos canales de financiación. Hasta el 85% de los proyectos financiados por la Fundación Bill y Melinda Gates (BMGF) y más del 70% de los proyectos llevados a cabo por varios institutos de investigación en Kenia se limitaron a apoyar la agricultura industrial y/o aumentar su eficiencia a través de enfoques específicos, como prácticas mejoradas de pesticidas, vacunas para el ganado o reducciones en pérdidas posteriores a la cosecha.
Los sistemas nacionales de investigación agrícola se enfrentan a numerosos desafíos en África subsahariana, como los bajos niveles de inversión pública, la dependencia a los donantes externos y la volatilidad de los flujos de financiación. Las instituciones de investigación con sede en el hemisferio norte continúan liderando la mayoría de los proyectos de la AgR4D y atrayendo grandes sumas de financiación. Los institutos de investigación africanos no son los principales receptores de fondos; por ejemplo, solo recibieron el 9% de los proyectos de la BMGF y el 10% de los proyectos financiados por Suiza. Más allá de los flujos monetarios, este informe del IPES-Food muestra que los obstáculos para la investigación agroecológica están profundamente arraigados, pero no son insuperables.
Para poder superarlo es necesario garantizar un flujo constante de inversión en la investigación agrícola. Para ello se necesita realizar una serie de pasos que traigan consigo un cambio en la manera de establecer las prioridades y acelerar el desarrollo y la difusión del conocimiento agroecológico.
El informe aporta seis recomendaciones que buscan promover la agroecología dentro de las instituciones (ver infografía)
