La Vía Campesina, un movimiento internacional de campesinos que representa a más de 170 organizaciones y movimientos en aproximadamente 72 países del mundo, celebró su VII Conferencia Internacional del 16 al 22 de julio, en Derio, en el País Vasco. Tras cuatro días de discusiones y reflexiones colectivas sobre la soberanía alimentaria, la agroecología campesina, las redes de formación autónomas, la construcción de alianzas, los derechos de los migrantes, el comercio, la justicia climática y la criminalización de los movimientos sociales, la conferencia culminó con una declaración que señala con preocupación la expansión del capital financiero acompañado del monopolio desenfrenado de los recursos naturales y la promoción sin precedentes de peligrosas tecnologías favorecidas por las mega fusiones corporativas cuyo afán es el de dominar el sistema alimentario a toda costa, violando flagrantemente los derechos humanos y destruyendo el medioambiente para su lucro.
La Declaración, que establece el rumbo estratégico para construir un movimiento que cambie el mundo a través del feminismo y la soberanía alimentaria, también destaca la necesidad urgente de construir alianzas más amplias a nivel local, regional e internacional, y la necesidad de unirse en contra de la nueva combinación de capitalismo y populismo de derechas.
Para construir la soberanía alimentaria de los pueblos del mundo, fueron planteadas la agroecología campesina y la reforma agraria popular que contempla el refuerzo y el desarrollo de los mercados locales a la par que se construyen y se forjan nexos entre el campo y la ciudad. Con este objetivo, la VII Conferencia Internacional resaltó la importancia no sólo de continuar, sino también de expandir la formación política, ideológica, organizacional y técnica basada en los conceptos propios de los movimientos, para darle forma a sus identidades e ideas socialmente transformadoras.