El Instituto Internacional de Investigación sobre Políticas Alimentarias (IFPRI, por sus siglas en inglés) junto con la FAO han publicado el Informe Global de Políticas Alimentarias 2017 donde se describe el estado de la nutrición a nivel mundial, regional y nacional, y se señalan los esfuerzos que han surgido para mejorar la seguridad alimentaria en el mundo.
El número de personas que viven en extrema pobreza ha disminuido, al igual que el número de personas que sufren hambre. Estas mejoras tienen que ver con estrategias y programas enfocados a reducir el hambre, mejoras en la producción de cultivos y la caída de los precios mundiales de los alimentos.
La comunidad internacional está implementando planes importantes para luchar contra la pobreza y el hambre, como la Agenda para el Desarrollo Sostenible, el Acuerdo de París sobre el cambio climático o el compromiso de priorizar la nutrición, reafirmado por el G7.
Pero aunque ha habido significativos progresos en la lucha contra el hambre, sigue habiendo desafíos que superar en materia de seguridad alimentaria. La gestión sostenible de la urbanización plantea nuevos retos y oportunidades, de forma que sea beneficioso tanto para las ciudades como para el campo. Según este informe de IFPRI, el aumento de la demanda de alimentos por parte de las ciudades puede ser una oportunidad para los más pobres en las zonas rurales.
Una manera de crear avances positivos para ambas áreas es desarrollar cadenas de valor y hacer que los sistemas sean más eficientes e inclusivos, mejorar las infraestructuras y la producción en los países en desarrollo, lo que se traduciría en más empleos en el sector agroalimentario y un sistema alimentario mejor para todos/as.