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Deben implementarse leyes que promuevan una alimentación sana y equilibrada

Millión Belay, experto en alimentación, reflexiona sobre el papel que tiene la agroindustria en la alimentación mundial

 

En el tercer número de la revista Wegel incluye una artículo de opinión escrito por Million Belay. Belay es experto y defensor de la conservación forestal, los medios de vida indígenas, la soberanía alimentaria y de las semillas, fundador de la MELCA-Etiopía ONG y de la Alianza por la Soberanía Alimentaria en África (AFSA), y miembro de IPES-food (está formado por expertos que promueven un sistema alimentario sostenible).

En el texto narra su experiencia hace más de un año en la conferencia EAT celebrada en Estocolmo, y organizada por expertos de nutrición de  Suecia y Noruega. El tema principal fue ¿Nuestra comida y estilo de alimentación son sostenibles? Y hasta allí acudieron expertos de diferentes lugares.

Million Belay considera que cada vez hay más enfermedades provenientes de una alimentación inadecuada, como la diabetes, obesidad, hipertensión, problemas del corazón y cáncer. Y aunque no existe consenso sobre a qué actores les corresponden poner los medios necesarios para paliar esta realidad, las grandes compañías alimentarias promueven un tipo de alimentación que en ocasiones es la que causa o agrava estas enfermedades.

El uso masivo de pesticidas y fertilizantes en la agricultura, o el consumo los alimentos y bebidas muy procesadas supondrá problemas cada más visibles en la salud y por lo tanto la imposibilidad de que las personas desarrollen todo su potencial.

Para cambiar esta realidad propone:

  • Apoyar a la agricultura ecológica, tanto desde el ámbito político como invirtiendo económicamente en ella. Erradicar el uso de productos químicos que contaminan la alimentación.
  • Fortalecer la soberanía alimentaria a nivel local. Las comunidades locales deben construir su modelo de alimentación adaptado a su propia cultura. Esto favorece el conocimiento de los alimentos que comemos.
  • Habilitar y educar a las comunidades para que puedan escoger cuál va a ser su dieta
  • Los Foros internacionales no deben ser controlados por las industrias agroalimentarias. La participación debe limitarse a "titulares de derechos" en vez de a "partes interesadas", logrando que estos foros tengan la representación de la mayoría
  • Los acuerdos internacionales deben ser públicos y centrados en los derechos.

La falta de una alimentación sana y equilibrada tiene connotaciones políticas, por ello deben elaborarse leyes que promuevan una alimentación y una nutrición adecuada.

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