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El calentamiento global será peor de lo previsto

A pesar de los esfuerzos internacionales para frenar el cambio climático, las emisiones de CO2 están aumentando a un ritmo que supera todas las previsiones.

A pesar de los esfuerzos internacionales para frenar el cambio climático, las emisiones de CO2 están aumentando a un ritmo que supera todas las previsiones. En 2007, expertos de todo el mundo pintaron diferentes escenarios para los próximos años dependiendo de la cantidad de CO2 que se emitiera a la atmosfera. Pero hasta el peor de esos futuros posibles ya ha sido superado por la realidad. Uno de los líderes del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC) de Naciones Unidas advirtió el sábado de que los niveles de CO2 emitidos entre 2000 y 2007 rebasan todas las previsiones de este organismo y pueden ocasionar impactos irreversibles en todo el planeta.

"No habíamos visto otro periodo en el que las emisiones fueran tan intensas", señaló Christopher Field, miembro del IPCC e investigador de la Universidad de Stanford (EEUU). El experto explicó en Chicago, durante la reunión anual de la Asociación Americana para el Avance de la Ciencia, que desde 2000 las emisiones han crecido un 3,5% cada año. El ritmo de crecimiento en 1990 era de un 1%. Field explicó que gran parte de este aumento se debe a la enorme cantidad de emisiones que países emergentes como China e India han aportado a la carrera global del calentamiento. Sin embargo, siguen siendo los países industrializados, con EEUU a la cabeza, los responsables de la mayor parte de las emisiones.

Impacto irreversible

Este aumento general de la concentración de CO2 podría desatar un mayor calentamiento global al final de este siglo, cuyo impacto sería irreversible, advirtió Field. De seguir así, el aumento de las temperaturas hará que grandes barreras naturales que frenan el avance del cambio climático, como los bosques tropicales, se conviertan en fuentes de gases de efecto invernadero. Los bosques tropicales actúan como un gran pulmón que absorbe dióxido de carbono.  Pero Field alertó de que, si siguen aumentando las temparaturas, estos bosques podrían secarse y arder, lo que pondría en circulación una cantidad inmensa de CO2 y conllevaría una subida aún mayor de las temperaturas.

Fields apuntó que el calentamiento también podría derretir el permafrost, una capa de vegetación que ha estado helada durante miles de años bajo la superficie de la tundra ártica. Esta enorme área de terreno en torno al círculo polar contiene una reserva de materia orgánica con un billón de toneladas de CO2, casi el triple de la actual concentración en la atmósfera. El metano, otro gas de efecto invernadero 20 veces más potente que el CO2, también está aflorando a medida que se derrite el helado subsuelo de la tundra. Este ecosistema está además especialmente amenazado, pues el aumento global de las temperaturas es mayor en el Ártico que en ningún otro lugar del planeta, señaló Fields.