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El legado del Año Internacional de la Agricultura Familiar

El Manifiesto de Brasilia evalúa y lanza hacia el futuro el Año Internacional de la Agricultura Familiar 2014
Imagen Brasilia

Con motivo del final del Año Internacional de la Agricultura Familiar 2014 (AIAF-2014) organizaciones de campesinos y campesinas, pescadores artesanales, pastores, comunidades indígenas de todo el mundo se reunieron el pasado mes de noviembre en Brasilia. Durante dos días elaboraron un manifiesto donde se reúnen los logros del AIAF-2014 y las prioridades para trabajar durante el próximo año a través de seis demandas.

La primera demanda que presentan es lograr la seguridad y soberanía alimentaria con un modelo de producción agropecuaria que sea sostenible y resiliente al cambio climático. Para lograrlo se solicita la colaboración de los gobiernos y autoridades públicas, los espacios regionales de integración, las organizaciones especializadas de Naciones Unidas como la FAO, la sociedad civil y otros organismos internacionales como el Banco Mundial o la Organización Mundial de Comercio (OMC).

Una siguiente demanda considera que es prioritario ejecutar las Directrices Voluntarias sobre la Gobernanza Responsable de la Tenencia de la Tierra, la Pesca y los Bosques a través de las cuales los derechos de los agricultores estarán protegidos frente al control creciente de las empresas multinacionales; para las organizaciones implicadas en el manifiesto de Brasilia es conveniente que estas Directrices se conviertan en leyes. También instan a que el CSA apruebe unas Directrices Voluntarias relativas a la Agricultura Familiar lo antes posible.

Recogen una cuarta demanda que solicita que todos los países aprueben un presupuesto que proteja la agricultura familiar, donde las organizaciones agrícolas sean consultadas y que las inversiones privadas no perjudiquen nunca el derecho a la alimentación.

También entre sus peticiones se atiende a la perspectiva de género, considerando que la igualdad entre hombres y mujeres debe estar garantizada. Promover un acceso equitativo a los recursos que permitan el trabajo en el campo a las mujeres y el reconocimiento de su contribución a la lucha contra el hambre. Esta demanda se logrará con la colaboración de gobiernos e instituciones internacionales pero siendo necesaria también una mayor incidencia con las propias organizaciones de la sociedad civil.

Por último exigen con urgencia que se promueva la juventud agraria, fomentar el arraigo juvenil y luchar contra la emigración campo-ciudad y la participación de los jóvenes en las organizaciones de agricultores.

Para poder conseguir estas demandas las organizaciones consideraron que debe facilitarse la institucionalización de los Comités Nacionales de Agricultura Familiar y la creación de éstos en otros países, el trabajo conjunto y coordinado globalmente de los diferentes sectores y la realización de un plan de acción a realizarse en los próximos diez años (década de la Agricultura Familiar).