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Esther Vivas: "Nuestro derecho a la alimentación está gravemente amenazado”

¿De quién depende nuestra alimentación? "Multinacionales como Cargill, Monsanto, Nestlé, Carrefour, Alcampo, entre otras, acaban determinando qué se consume, cómo, de dónde proviene y qué se paga"

¿De quién depende nuestra alimentación? "Multinacionales como Cargill, Monsanto, Nestlé, Carrefour, Alcampo, entre otras, acaban determinando qué se consume, cómo, de dónde proviene y qué se paga"Entrevista a Esther Vivas, experta del Centro de Estudios sobre Movimientos Sociales de la Universitat Pompeu Fabra

Millones de personas pasan hambre y la cifra va en aumento. Las cifras indican que no es un problema de producción. ¿Quién está haciendo negocio con ello?

Las multinacionales de la industria agroalimentaria. En plena crisis las mayores empresas del sector anunciaban cifras récord de ganancia. En concreto, las principales compañías de semillas, Monsanto y Du Pont, declaraban una subida de sus beneficios del 44% y del 19% respectivamente en el 2007 en relación con el año anterior. En la misma dirección apuntaban los datos de las empresas de fertilizantes: Potash Corp, Yara y Sinochem vieron crecer sus beneficios en un 72%, 44% y 95% respectivamente entre el 2007 y el 2006. Las procesadoras de alimentos, como Nestlé, señalaban también un aumento de sus ganancias, así como supermercados como Tesco, Carrefour y Wal-Mart. Y es que incluso hay quien hace negocio con el hambre.

Lo que llega al supermercado, las ofertas de la semana, lo que al final llega a nuestro plato... ¿de qué depende? O mejor dicho, ¿quién lo decide?

Si partimos de que la población campesina tiende a desaparecer, que en el Estado español tan sólo un 5% de la población activa trabaja en el campo, que se vive una creciente “descampesinización”. Entonces, ¿de quién depende nuestra alimentación? La respuesta es clara: multinacionales como Cargill, Monsanto, Nestlé, Carrefour, Alcampo, entre muchas otras, acaban determinando qué se consume, cómo, de dónde proviene y qué se paga. Por lo tanto, nuestro derecho a la alimentación, como hemos visto con la crisis alimentaria global, está gravemente amenazado.

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