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Graves deficiencias de la Cumbre de Naciones Unidas sobre sistemas alimentarios

En la recta final de preparación de la Cumbre, el relator especial del derecho a la alimentación hace duras críticas sobre algunos aspectos
Declaraciones del relator del derecho a la alimentación sobre la cumbre

El profesor Michael Fakhri, actual relator especial de Naciones Unidas sobre el derecho a la alimentación, que viene participando en el proceso preparatorio de la Cumbre y que ha manifestado en repetidas ocasiones sus cuestionamientos a la misma, ha publicado recientemente un informe breve a un mes vista de la celebración de la Cumbre.

En este informe, el relator especial del derecho a la alimentación señala los siguientes cuestionamientos:

  1. El COVID-19 brilla por su ausencia en la Cumbre, a pesar de su impacto devastador: La Cumbre se anunció justo antes del brote de COVID-19. A medida que el brote se convirtió en una pandemia y se desarrollaron los impactos en los sistemas alimentarios mundiales y la seguridad alimentaria, los objetivos de la Cumbre no se ajustaron a la nueva realidad. El programa de la Pre-Cumbre no dedicó ninguna sesión a la pandemia. Todo esto a pesar de las devastadoras consecuencias de la crisis del COVID-19, que ha alterado los medios de vida de las personas y toda la cadena mundial de suministro de alimentos.
  2. La preparación de la Cumbre ha hecho la vista gorda ante las causas fundamentales y los problemas de gobernanza relacionados con el hambre y la malnutrición: El hambre, la desnutrición y la hambruna son causadas por fallas políticas y deficiencias en la gobernanza, más que por la escasez de alimentos. Sin embargo, desde el principio se decidió que la Cumbre evitaría considerar las causas fundamentales de las fallas en nuestros sistemas alimentarios. El énfasis general de la Cumbre ha estado en cómo "impulsar la producción" de manera sostenible a través de nuevas tecnologías. Sin embargo, los desafíos que enfrentan nuestros sistemas alimentarios tienen que ver con garantizar un acceso mejor y más equitativo: cuestiones de cómo se producen los alimentos, por quién y quién obtiene la mayoría de los beneficios de su procesamiento y comercio.
  3. La concentración de poder por parte de las grades empresas del sector agroalimentario sigue siendo el elefante en la sala que la Cumbre ignora: La extrema concentración de poder en manos de actores privados en los sistemas alimentarios hace que estas entidades sean corresponsables de la desnutrición, la pérdida de biodiversidad y las crisis climáticas. Sin embargo, la Cumbre no aborda el papel y la responsabilidad del sector empresarial en los sistemas alimentarios.
  4. El enfoque de múltiples partes interesadas de la Cumbre es una cortina de humo para reprimir una auténtica participación: Para que la participación sea efectiva y significativa en la toma de decisiones, se debe tener mucho cuidado para garantizar que los procesos sean transparentes e informativos, adaptados a las necesidades de los diferentes actores involucrados, inclusivos sin discriminación, asegurando que los tomadores de decisiones rindan cuentas a los titulares de derechos. Sin embargo, el llamado enfoque de múltiples partes interesadas de la Cumbre no ha sido transparente, ni ha ofrecido a las comunidades afectadas y a la sociedad civil oportunidades significativas para participar. El proceso de toma de decisiones ha sido de arriba hacia abajo y opaco. La Cumbre, influenciada por corporaciones agroindustriales, grupos de expertos y filántropos, no ha reflejado la rica historia de participación e inclusión en los foros multilaterales de la ONU.

El Prof. Fakhri señala que, en anticipación a la Cumbre que se celebrará en pocos días, los Estados Miembros deben movilizarse más y evaluarla a través de los siete principios del marco PANTHER (participación, rendición de cuentas, no discriminación, transparencia, dignidad humana, empoderamiento y estado de derecho), teniendo en cuenta que los Estados son los principales responsables de la gobernanza en aras del interés público.

El Relator Especial desaconseja la creación de nuevas instituciones después de la Cumbre y recomienda fortalecer los foros multilaterales de la ONU existentes en Roma y Ginebra para su seguimiento y revisión. El Comité de Seguridad Alimentaria Mundial de la ONU debería ser el lugar donde los resultados de la Cumbre se debatan y evalúen en última instancia, utilizando sus mecanismos de participación inclusiva.

Por último, el Relator Especial recomienda que los resultados de la Cumbre se evalúen a través de un marco de derechos humanos. Esto implica preguntarse qué contribución aportarían los resultados y cualquier seguimiento y examen de la Cumbre a la realización del derecho a la alimentación de todas las personas y de los derechos humanos en general.