El Programa Mundial de Alimentos (PMA), la Secretaría General Iberoamericana (SEGIB) y la Casa de América organizan un seminario que tratará de analizar cómo se puede seguir apoyando a las poblaciones más pobres de América Latina y el Caribe, afectadas por el impacto del aumento del precio de los alimentos. En el foro se encontrarán expertos en el tema, junto ministros de los gobierno de la región afectada y funcionarios de la cooperación española a nivel del gobierno central, autonómico y de los ayuntamientos. A principios de octubre, el Banco Mundial anunció que 44 millones de personas pasaron a engrosar las filas del ejército de desnutridos en el mundo debido a la crisis de los alimentos, y advirtió que para finales de 2008 habrán en el mundo 967 millones con hambre.
Por otro lado, un estudio del PMA en cuatro países centroamericanos (Guatemala, Honduras, El Salvador y Nicaragua), reveló que el número de pobres aumentó en casi un millón de personas entre finales del 2006 y principios de 2008 debido a la crisis de los alimentos.
En nuestro trabajo diario con los más pobres de América Latina y el Caribe vemos a madres que se enfrentan a la paradoja de ver comida en las tiendas y no poder comprar ese litro de leche, ese trozo de pan, esa porción de carne para sus hijos, dijo Pedro Medrano, Director Regional del PMA para América Latina y el Caribe.
Aunque el estallido de la crisis financiera amenaza con eclipsar la atención sobre la crisis de los alimentos y sus efectos en las poblaciones más pobres, la situación ha demostrado que es posible encontrar los recursos para enfrentar la crisis alimentaria.
Los países industrializados reunieron cientos de miles de millones de dólares para estabilizar los mercados. Los recursos necesarios para proteger la situación nutricional de mujeres embarazadas, madres lactantes y niños pequeños representan solo una fracción insignificante de ese monto, dijo Medrano.
El seminario analizará, en la Casa de América, los efectos de la crisis alimentaria sobre las personas más vulnerables de la región las mujeres embarazadas, madres lactantes y niños pequeños, especialmente indígenas y afro-descendientes, y las implicaciones que esta nueva crisis tiene para la cooperación al desarrollo.
Si tenemos en cuenta que el 80% del cerebro de los niños se forma durante los primeros 18 meses de vida creo que ahora más que nunca es prioritario que -tanto ellos como sus madres -, reciban la cantidad y calidad de alimentos necesarias para un adecuado desarrollo. En caso contrario los daños serán permanentes y se les condenará a la marginalidad y a la exclusión de por vida, subrayó Medrano.
El funcionario del PMA explicó que es necesario proteger a los grupos vulnerables del Tsunami silencioso que ha provocado la crisis del precio de los alimentos y esto se puede lograr apoyando a los gobiernos de América Latina y el Caribe a desarrollar o a ampliar los numerosos programas nutricionales existentes para garantizar que mujeres embarazadas, lactantes y niños pequeños reciban la nutrición apropiada y se les proteja de los efectos de una crisis que ellos no comprenden.
Este Tsunami silencioso empeora la ya de por sí precaria situación de los grupos indígenas y afro-descendientes. Mucho antes que estallara la crisis de los alimentos, las tasas de desnutrición crónica infantil entre estos grupos eran de cinco a siete veces mayores al promedio regional, superando en algunas comunidades el 70 por ciento del total de los niños.
Noticias
Impacto de la crisis alimentaria en los grupos más vulnerables de América Latina
20/10/2008
El Programa Mundial de Alimentos (PMA), la Secretaría General Iberoamericana (SEGIB) y la Casa de América organizan un seminario que tratará de analizar cómo se puede seguir apoyando a las poblaciones más pobres de América Latina y el Caribe, afectadas por el impacto del aumento del precio de los alimentos. En el foro se encontrarán expertos en el tema, junto ministros de los gobierno de la región afectada y funcionarios de la cooperación española a nivel del gobierno central, autonómico y de los ayuntamientos.