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La ONU aprueba resolución reconociendo el acceso a agua y saneamiento como derecho humano

La resolución, presentada por el Gobierno de Bolivia, obtuvo 122 votos a favor, ninguno en contra y 41 abstenciones

La resolución, presentada por el Gobierno de Bolivia, obtuvo 122 votos a favor, ninguno en contra y 41 abstencionesEl agua es indispensable para la vida. Resulta tan obvio, tan básico, que la Declaración Universal de Derechos Humanos, al enumerar los derechos que hacen posible vivir “libres del miedo y la miseria” y los que atañen a la dignidad humana… no menciona entre ellos el derecho al agua. Ni al aire. En 1948 no parecía posible que los fluidos esenciales llegaran a escasear.

Para solucionar esta omisión, la Asamblea General de Naciones Unidas fue convocada a votar el miércoles 28 de julio una moción presentada por el embajador de Bolivia, Pablo Solón, apoyada por otros 31 países, por la cual se declara por primera vez a nivel mundial como un derecho humano universal “el derecho al agua potable limpia y segura y al saneamiento”.

Las Naciones Unidas estiman que 884 millones de personas carecen totalmente de agua limpia y dos mil millones sólo tienen acceso a ella a más de tres kilómetros de sus hogares, lo que significa una carga abrumadora para mujeres y niños, que suelen ser quienes se encargan de su acarreo. 2.600 millones de personas carecen de saneamiento adecuado y, de ellos, 1.200 millones defecan al aire libre. En una nota de apoyo a la resolución, el ex presidente ruso Mijail Gorbachov recuerda que “por lo menos cuatro mil niños mueren cada día por enfermedades vinculadas al agua y más vidas se han perdido desde el fin de la Segunda Guerra Mundial por el agua contaminada que por violencia y guerras”.

El texto aprobado por la Asamblea de la ONU se concentra en los derechos individuales y expresamente deja de lado los temas de aguas fronterizas que son objeto de la legislación internacional ya consagrada; afirma la necesidad de enfocar el tema desde lo nacional y lo local, reafirma que la protección y promoción de todos los derechos humanos es de responsabilidad de cada estado y reclama cooperación internacional y trasferencia de tecnología para hacer posible el derecho al agua y al saneamiento para todas las personas y hogares.