The Oakland Institute acaba de publicar el informe Impulsando el despojo en el que alerta sobre al aumento de la privatización de recursos naturales que se está dando por todo el mundo. Para mostrar esta realidad analiza seis estudios de casos en Ucrania, Zambia, Myanmar, Papua Nueva Guinea, Sri Lanka y Brasil.
Según Frederic Mousseau, director de políticas del Oakland Institute y autor principal del informe, se está presionando a los gobiernos para que adopten la noción occidental de propiedad privada de la tierra dando a las corporaciones acceso a los recursos naturales, un fenómeno que se opone a la protección del medio ambiente.
En el informe se destaca el papel de Estados Unidos como un actor clave para privatizar tierras en todo el mundo a través de las empresas estadounidenses, las agencias gubernamentales y el Banco Mundial.
A través de los estudios de caso se analiza cómo los diferentes países han llevado a cabo diferentes estrategias para privatizar la tierra. Además, el informe recoge una serie de ofertas realizadas por los gobiernos para atraer inversores. En la actualidad se están poniendo a disposición de inversores extrajeros cientos de millones de hectáreas de tierra, incluso en algunos de los países más pobres, un hecho que plantea dudas sobre esta estrategia de desarrollo y la capacidad para hacer frente a la sobreexplotación de los recursos naturales. En el texto se desacredita esta estrategia de desarrollo humano y se contradicen las tesis del economista Hernando de Soto sobre el impacto positivo de la titulación de tierras, idea que respalda estas políticas.
La privatización de recursos naturales no solo los desprotege, permitiendo que se sobreexploten, sino que además deja a millones de personas sin acceso a los medios necesarios para sustentar sus vidas. Frente a esto, las comunidades locales, las organizaciones de la sociedad civil y los pueblos indígenas se están levantando para luchar y preservar sus medios de vida y el medio ambiente.