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Madrid evidencia la necesidad de una nueva arquitectura en la lucha contra el hambre

Tras la Reunión de Alto Nivel sobre Seguridad Alimentaria para Todos (RANSA), la campaña valora positivamente los compromisos económicos alcanzados pero solicita a gobiernos, donantes, sector privado y agencias internacionales coordinación en el diseño de una nueva arquitectura en la lucha contra el hambre.

Tras la Reunión de Alto Nivel sobre Seguridad Alimentaria para Todos (RANSA), la campaña valora positivamente los compromisos económicos alcanzados pero solicita a gobiernos, donantes, sector privado y agencias internacionales coordinación en el diseño de una nueva arquitectura en la lucha contra el hambre.Una nueva arquitectura en la lucha contra el hambre. Gobiernos y sociedad civil coincidieron en la Reunión de Alto Nivel sobre Seguridad Alimentaria para Todos (RANSA), celebrada los días 26 y 27 de enero en Madrid, en la necesidad de construir una nueva gobernanza global, internacional, en la lucha contra el hambre. Una nueva forma de luchar contra el hambre que no implicaría solamente la liberación de nuevos y mayores  fondos –algo que se consiguió en la reunión de Madrid- sino también la mejor coordinación de todos los agentes y actores implicados en ella.

Coordinar todos los esfuerzos, acciones, herramientas y mecanismos contra el hambre es imprescindible para no repetir errores del pasado. Porque la crisis alimentaria que afecta actualmente a 963 millones de personas no se puede desvincular de las crisis energética, climatológica y financiera que asolan el planeta, y es esa multicausalidad y complejidad de factores lo que hace imprescindible la coordinación.

Es evidente que algo se ha hecho mal cuando pese a los recursos movilizados, el crecimiento económico experimentado por muchos países en desarrollo y los avances tecnológicos en cuanto a mecanización y la transformación de productos agrícolas, el número de personas hambrientas no ha hecho sino crecer año tras año, en una constante violación de los derechos humanos.

Mantener los actuales marcos de actuación significaría repetir los fallos que se vienen arrastrando hasta ahora y  aumentar la cuenta de personas hambrientas, máxime a lo largo de 2009, cuando se espera una nueva subida de los precios de los alimentos y los ciudadanos más pobres del planeta volverán a enfrentarse a la volatilidad de precios.

Ya existen suficientes herramientas para afrontar la lucha contra el hambre. Los  acuerdos de la Cumbre Mundial de la Alimentación de 1996, las Objetivos del Milenio de 2000 o las Directrices Voluntarias de 2004 son hojas de ruta cuya implementación ha sido deficitaria por la falta de voluntad política, pese a que para los gobiernos, la lucha contra el hambre no es una concesión graciosa o una opción. Todos los gobiernos tienen la obligación de respetar, proteger y garantizar el derecho humano a la alimentación como derecho humano fundamental que es y poner en marcha las políticas y estrategias necesarias para hacerlo realidad con la participación de todos los sectores de la sociedad. Obligación que los gobiernos deberían extender al sector privado.

La campaña “Derecho a la alimentación. Urgente” considera que la lucha contra el hambre debe afrontarse desde los derechos humanos, en un marco en el que los Estados asuman sus obligaciones y desarrollen marcos políticos en materia de agricultura que tengan como finalidad la realización del derecho a la alimentación; que la agricultura centrada en la alimentación humana vuelva al centro de las agendas políticas, por encima de intereses comerciales y económicos; que la sociedad civil, con toda su heterogeneidad, debe participar en los procesos de planificación de estas políticas de agricultura y alimentación. Para ello se debe apoyar también la creación de capacidades; que no pueden ofrecerse recetas únicas. La crisis alimentaria aun compartiendo causas tiene características diferenciadas en cada país. Es clave identificar quiénes son las personas hambrientas; y que los gobiernos deben hacer patente la corresponsabilidad en la lucha contra el hambre del sector privado mediante la creación de un código de conducta para las empresas que trabajan con los insumos de la agricultura y que se fundamente en los principios del derecho a la alimentación.

La campaña “Derecho a la alimentación. Urgente” felicita al gobierno anfitrión por los acuerdos económicos alcanzados en la RANSA y espera la asunción de un liderazgo global, comprometido y eficaz para una nueva forma de lucha contra el hambre.