Desde 2015 se han intensificado las fusiones y adquisiciones, con un buen número de operaciones de alto perfil (130.000 millones de dólares en la fusión de Dow y Dupont, 66.000 millones en la compra de Monsanto por Bayer, 43.000 millones en la compra de Syngenta por ChemChina). Solo estas tres operaciones suponen que 3 gigantes acumulan el 70% del sector agroquímico. La integración vertical está permitiendo que en una misma empresa se reúnan múltiples capacidades (servicios de seguimiento por satélite, provisión de materiales y suministros, información genética, maquinaria, información sobre mercados, etc.) lo que está transformando la agricultura en el proceso,. consolidando el modelo de agricultura industrial, amplificando sus negativos impactos sociales y ambientales y agravando los desequilibrios de poder.
El campo de la investigación y la innovación se ha estrechado de acuerdo a los criterios de las empresas dominantes. También se está deteriorando la sostenibilidad y la transparencia en el sector, abriéndose la puerta a abusos y fraudes. Las grandes empresas del sector han llegado a ser demasiado grandes para alimentar a la humanidad de forma sostenible, para operar de forma equitativa con otros actores del sistema alimentario y para impulsar la innovación que se necesita.
El informe apunta a la necesidad de una evaluación y a la necesidad de establecer algún tipo de acuerdo sobre competencia, así como regular el uso de Big Data para que sea beneficioso para todos. Las cadenas cortas de suministro, la distribución innovadora y los modelos de intercambio y solidaridad deben continuar presentando modelos alternativos, que deberían ser apoyados por políticas públicas integrales.