El relator especial de Naciones Unidas para el derecho a la alimentación señalço que no se debe actuar solamente sobre las consecuencias de la crisis, sino sobre sus casusas profundasEn un artículo publicado en Project Syndicate propone que los países del G-20 trabajen en ocho líneas de acción:
Apoyar la capacidad de los países para alimentarse, invirtiendo no en la agricultura destinada a la exportación sino en la que alimenta a las comunidades locales
Crear reservas de alimentos como medio para apoyar unos ingresos estables a los productores agrarios y garantizar alimentos asequibles para los pobres
Limitar la especulación financiera con materias primas alimentarias que se ha desarrollado especialmente a partir de la desregulación de los mercados que comenzó en 2000
Crear un mecanismo mundial de reaseguros que incentiven la aplicación de programas sólidos de protección social
Apoyar las organizaciones de agricultores de pequeña escala para que mejoren su capacidad negociadora
Proteger el acceso a la tierra y enfrentar el fenómeno del landgrabbing
Completar la transición hacia una agricultura sostenible que sea más resistente al cambio climático y ayude a mitigarlo
Defender el derecho humano a la alimentación
Accede al texto completo del artículo