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Para romper el ciclo de la pobreza rural... protección social y agricultura

En el 70 aniversario de la creación de la FAO, el Día Mundial de la Alimentación 2015 pone el foco de atención en el hecho de que casi dos tercios de la población mundial carece de protección social
Cartel del Día Mundial de la Alimentación 2015

En los últimos 20 años, los programas de protección social se han extendido rápidamente en los países en desarrollo, llegando a 2.100 millones de personas, gracias a la asistencia social, los seguros sociales y las intervenciones en el mercado laboral. Sin embargo, hoy solo el 36% de la población mundial recibe algún tipo de protección social. La mayoría de las familias que no se benefician de los programas de protección social vive en zonas rurales de los países en desarrollo. Son productores de subsistencia, agricultores familiares o trabajadores agrícolas sin tierra que dependen aún de sus propios recursos y redes para gestionar sus medios de subsistencia y hacer frente a los riesgos.

Cuando se producen crisis, los hogares rurales a menudo se ven obligados a hacerles frente en formas que aumentan su vulnerabilidad o socavan su capacidad futura de generación de ingresos. Aunque la agricultura desempeña un papel clave en la erradicación de la pobreza y el hambre, en estas
circunstancias puede ser insuficiente como camino para salir de la pobreza, y se necesita complementar con medidas de protección social.
Muchos países en desarrollo están reconociendo cada vez más que es necesario adoptar medidas de protección social para aliviar las privaciones
inmediatas de las personas que viven en la pobreza y para evitar que otras caigan en la pobreza cuando se produce una crisis. En 2013 al menos 146 países proporcionaron una o más formas de asistencia social, beneficiando a más de mil millones de personas. Los programas de protección social
reflejan el compromiso de los gobiernos de proteger a los grupos vulnerables de la sociedad, sacarlos fuera del círculo de la pobreza y el hambre,
o evitar que caigan en él.

La protección social es una combinación de políticas, programas e intervenciones que tienen como objetivo proteger a las personas pobres y
en situación de inseguridad alimentaria y sacarlos de la pobreza y el hambre. A través de diversos programas que proporcionan apoyo financiero o en especie a las personas pobres y vulnerables, la protección social aumenta sus ingresos, capacidades y derechos.

Los programas de protección social se clasifican de forma general como:

  • Programas de asistencia social: transferencias públicas que pueden ser de dinero en efectivo condicionadas o no condicionadas, o transferencias en especie, o programas de obras públicas.
  • Programas de seguros sociales: financiados normalmente con las contribuciones de los empleados, empleadores y del Estado. Estos sistemas permiten a las personas estar protegidas contra los riesgos (enfermedad, accidentes, etc.) poniendo en común recursos entre un número mayor de individuos u hogares que están expuestos de manera similar.
  • Programas de mercado de trabajo: proporcionan prestaciones por desempleo, desarrollan habilidades y mejoran la productividad y la empleabilidad de los trabajadores.

Para aprovechar con éxito su inmenso potencial, la protección social tiene que estar firmemente integrada en estrategias de desarrollo agrícola más amplias y alineada con las políticas de seguridad alimentaria y nutrición. Integrar el desarrollo agrícola y la protección social promueve el desarrollo rural sostenible mediante la protección y la promoción eficaz de los medios de vida rurales.