La intensificación de las hostilidades en la Franja de Gaza desde octubre de 2023 ha provocado una crisis humanitaria de enormes proporciones. Más allá de la pérdida masiva de vidas y medios de subsistencia, toda la población de la Franja de Gaza se enfrenta a niveles críticos o catastróficos de inseguridad alimentaria aguda. Las condiciones de seguridad alimentaria y nutrición han empeorado drásticamente, hasta el punto de que no se cumple ninguno de los requisitos básicos para garantizar el derecho de todos a una alimentación adecuada, como confirman múltiples fuentes oficiales. La población de la Franja de Gaza se enfrenta a la hambruna, un riesgo que crece cada día que persiste o empeora la situación actual de intensas hostilidades y acceso humanitario restringido.
Los sucesivos informes de Clasificación Integrada de Fases de Seguridad Alimentaria (IPC) han documentado los niveles extremadamente altos de inseguridad alimentaria aguda en la Franja de Gaza. El último informe de la IPC, publicado en junio de 2024, concluyó que entre el 1 de mayo y el 15 de junio, el 95 % de la población de la Franja de Gaza, que representa 2,15 millones de personas, enfrentaba altos niveles de inseguridad alimentaria aguda (Fase 3 de la IPC – Crisis o superior). De ellos, el 29 % enfrentó inseguridad alimentaria aguda de emergencia (Fase 4 de la IPC – Emergencia), mientras que el 15 %, casi 343.000 personas, experimentaron niveles catastróficos de inseguridad alimentaria aguda (Fase 5 de la IPC – Catástrofe/Hambruna).
El Informe examina la situación actual en la Franja de Gaza a la luz de las obligaciones vinculantes impuestas a los Estados por los instrumentos legales existentes y los precedentes del derecho internacional, y aporta una serie de recomendaciones.