Noticias

Río+20: ¿hacia una financiarización del medioambiente?

Hay muchas expectativas puestas en la realización de la Cumbre de Naciones Unidas sobre Medioambiente y Desarrollo, pero ¿por dónde están avanzando las negociaciones previas?

Hay muchas expectativas puestas en la realización de la Cumbre de Naciones Unidas sobre Medioambiente y Desarrollo, pero ¿por dónde están avanzando las negociaciones previas?Del 20 al 22 de Junio se llevará a cabo en Rio de Janeiro la Conferencia sobre Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas (más conocida como Rio+20); el documento que será aprobado en la Cumbre llegará cocinado en las rondas previas de negociación que se están llevando a cabo en Naciones Unidas.

Según señala el boliviano Pablo Solón en su blog, el borrador 0 tenía a principios de año 20 páginas y 128 parágrafos; después de las dos primeras reuniones “informales” celebradas en enero y final marzo, el documento se ha multiplicado por 10. La próxima ronda de negociación será del 23 de abril al 4 de Mayo. El documento deberá sufrir un proceso de concentración y síntesis tan fuerte como el crecimiento que ha experimentado en este primer trimestre del año.

Los grupos de sociedad civil organizados que van siguiendo la preparación de la  Cumbre señalan que, en una primera lectura, los temas claves que debe abordar la cumbre quedan claros –economía verde, objetivos de desarrollo sostenible e instituciones que seguirán después de la Cumbre-, pero todos siguen siendo altamente debatidos, principalmente entre países desarrollados y países en desarrollo.

Economía verde

La posibilidad de que este concepto sea interpretado de formas muy diferentes hace que los países en desarrollo están incómodos con él, ya que entienden que, si se incluye de una forma demasiado genérica, pueda permitir que los temas ambientales sean utilizados como base para un proteccionismo comercial o la inclusión de nuevos condicionamientos a la hora de otorgar ayudas y préstamos.

Pablo Solón, en el artículo mencionado, señala que los países ricos buscan desarrollar a nivel mundial un conjunto de indicadores y medidas para cuantificar y valorizar económicamente las distintas funciones de la naturaleza para introducirlas al mercado a través de una serie de mecanismos financieros. Se trata de crear las bases de un mercado mundial de servicios ambientales y de los ecosistemas.

Frente a esta propuesta agresiva de los países desarrollados, los países en vías de desarrollo han realizado propuestas esencialmente defensivas. No se opone a la “economía verde” pero dice que debe respetar la “soberanía” de los estados y su “derecho al desarrollo”.

Objetivos de desarrollo sostenible

Los países en desarrollo se sienten más cómodos con el establecimiento de objetivos de desarrollo sostenible, porque ya hay acuerdos al respecto, así como la promesa de apoyo para ellos. Aunque los países desarrollados ponen el énfasis en objetivos ambientales, los países en desarrollo argumentan que también deben incluirse objetivos económicos y sociales, como el crecimiento económico sostenido, la erradicación de la pobreza y la reforma del sistema financiero mundial.

Organizaciones de la sociedad civil señalan que, como quedan poco tiempo de negociación antes de la cumbre, lo más probable es que en la cumbre no se decidan los detalles y, en cambio, inicie un proceso de uno o dos años para que la Asamblea General de las Naciones Unidas formule los objetivos, indicadores y plazos para alcanzarlos. Instituciones que seguirán después de la cumbre

Esta tercera cuestión quizás sea la más importante, porque en última instancia lo importante de la Cumbre serán sus efectos a largo plazo. Varios países están considerando establecer un nuevo Consejo para el Desarrollo Sostenible que funcione bajo la Asamblea General de las Naciones Unidas. Sería una versión mejorada de la actual Comisión sobre el Desarrollo Sostenible, que todos coinciden en que es demasiado débil.

Otros países prefieren reformar y fortalecer el ECOSOC, pero hay quienes señalan que la reforma del ECOSOC ya lleva varios años, con escasos resultados. Sólo un Consejo totalmente nuevo puede hacer frente a las enormes tareas que debería asignar la Cumbre.

Europa y varios países africanos también quieren mejorar el actual Programa de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente (PNUMA) y convertirlo en una agencia especializada -como la OMS y la FAO-, con el argumento de que su mandato actual es demasiado débil y de alcance limitado. Pero países como Estados Unidos y Rusia han manifestado su oposición a crear una nueva entidad de las Naciones Unidas, que implicaría más costos.Accede al texto completo del artículo de Pablo SolónConsulta la web de la Cumbre alternativa