En el número 3 de la revista Wegel Gebremedihin Birega, defensor de los derechos del consumidor, análiza el sistema alimentario actual.
Desde que hace 10.000 años el ser humano empezara a practicar la agricultura, ha sufrido una transformación radical. En este siglo se han desarrollado nuevas tecnologías y métodos que han aumentado la producción, lo que se ha traducido en que un número relativamente pequeño de personas produce alimentos para toda la población mundial.
Hoy existe un proceso muy complejo desde que el agricultor cultiva el alimento hasta que llega a nuestros platos. Antiguamente la cadena alimentaria era más corta, de los productores a los consumidores. Pero desde la revolución industrial y posteriormente el uso de la tecnología moderna esta cadena se ha transformado y es mucho más larga y complicada, lo que ha supuesto que el consumidor desconozca el origen del alimento que come.
No existe un alimento que proporcione todos los nutrientes que necesitamos, por ello nuestra dieta debe incluir gran variedad de alimentos y las cantidades adecuadas para que sea saludable. La comida mejor para la salud es aquella que no tiene aditivos químicos. Los profesionales de la salud consideran que las personas que comen alimentos saludables sufren menos enfermedades como la diabetes o la hipertensión.
Por otro lado nuestra dieta debe ser respetuosa con el medio ambiente. En el 2010 la FAO consideró que una dieta sostenible para el medio ambiente contribuye a la seguridad alimentaria y nutricional y a una vida sana para las generaciones futuras.
Gebremedihin Birega considera que es necesario buscar un nuevo modelo, remplazar los insumos químicos, conservar la biodiversidad, fomentar un sistema agroecológico, cultivar alimentos que sean diversos y sanos, un camino que ya se ha iniciado, aunque se esté recorriendo despacio.
La seguridad alimentaria, desde el punto de vista de la inocuidad, se garantiza responsabilizando a todos los actores de la cadena alimentaria.
Se apela a los consumidores que pueden ser los principales agentes de cambio a través de un consumo responsable y sostenible, que influirá en qué, dónde y cómo se producen los alimentos. Para que los ciudadanos modifiquen sus pautas de consumo se debeinformar y educar sobre la alimentación. Los consumidores deben conocer cómo ha sido producido el alimento que van a comer y el impacto medioambiental de su producción.
Toda las partes pueda beneficiarse de una producción más segura. Incluso para los productores cultivar alimentos sanos puede ser positivo ya que ganarán la confianza de sus consumidores que demandarán cada vez más alimentos saludables.